Un nuevo virus está contaminando las saludables osamentas
del rock independiente americano. Su nombre es "Wild Mountain
Nation", viene desde Portland (Oregón) y es altamente pernicioso.
De momento no se ha encontrado vacuna para el mismo ya
que esta cepa (variante letal del estreptococo Blitzen Trapper) muta
constantemente. El paciente en un primer momento siente la sacudida de
Badfinger y XTC y al instante es Grateful Dead y el country-rock clásico los que hacen empeorar su patología.
Cuando ya creemos que estamos más o menos recuperados
aparecen unos sarpullidos freakrock a
lo Soft Machine o Captain Beefheart, que pronto devienen en herpes del tipo glam. Otro de los síntomas son las
fuertes cefaleas, éstas son producidas por los agentes indie-rock que posee el germen y que tienen una estructura similar a los
encontrados en Zumpano, The Sneakers o Pavement y en menor medida a los
hallados en la psicodelia de Pink Floyd.
Las autoridades sanitarias -curiosamente- aconsejan
exponerse directamente al foco de la infección. Eso sí, recomiendan medicarse
previamente con antibióticos para combatir algunos de los anticuerpos que el
cuerpo vaya generando y que atienden a los nombres de: “Furures & Folly”, “Sci-Fi
Kid”, “The Green King Sings”, “Muder Babe”, “Badger’s Black Brigade”… y el más
peligroso de todos: “Country Caravan”, que se ha encontrado también en pacientes
que han sido infectados por toxinas provenientes de Canadá y llamadas The Band.
La enfermedad no es mortal, pero si genera adicción a los
fármacos, similar a la de otros patógenos descubiertos recientemente como:
Howlin’ Rain, Beck, Devendra Banhart, Megafaun, Woods o Port O’Brien.
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