El oasis al final del desierto del dial...

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jueves, 24 de noviembre de 2022

Discos: "Walk Away Renée/Pretty Ballerina" THE LEFT BANKE (Smash-1967)

Hacía bastante tiempo que no reescuchaba activamente Walk Away Renée/Pretty Ballerina y vuelvo a constatar que se trata de un disco que no desentonaría en absoluto en la sagrada panoplia del pop sesentero (ergo, de todos lo tiempos, y no necesariamente arreglado o barroco). Esa que agrupa a Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (o Revolver), Pet Sounds, Odessey And Oracle
Forever ChangesYounger Than Yesterday, Something Else, The Merry-Go-Round o Daydream. Es más, creo que debería aparecer ahí, junto a todos esos monumentos a la música, con todas las de la ley, al igual que el también soberbio Story de Honeybus. 
Y es que The Left Banke fueron, de alguna manera, pioneros en el complicadísimo arte de fusionar las músicas de su tiempo con una ligera fragancia clásica —fueron unos adelantados en el uso del clavicémbalo en el pop— que les colocó en la punta de lo que se dio en llamar baroque pop. Sí, ya se que Bee Gees, The Association, The Millennium, The Beau Brummels, Sagittarius, Billy Nichols, The Free Design, The Hollies, Yellow Balloon, The Buckinhams, los Nirvana y Kaleidoscope ingleses o Gandalf (y muchos más) también lo hicieron y deberían formar parte de la dieta sagrada de la música pop CON MAYÚSCULAS (qué leñe, para mí pertenecen a “ese” selecto grupo), pero creo que los neoyorquinos supieron ser innovadores manteniendo esencias y aportando una clarividencia que no debería palidecer ante la de otros más mentados. 
Michael Brown (algo así como un Brian Wilson de tapadillo) y los suyos fueron maestros del melodrama suntuoso, claro, pero no exento de melodías gloriosas y tremendamente pegadizas. Cierto es que Walk Away Renée/Pretty Ballerina no es un álbum del todo inusual en aquellos tiempos de investigación sonora constante y búsqueda del Santo Grial de la belleza pop. Músicos contratados que no aparacen en los créditos y un enorme y puntillista trabajo tras el cristal —verbigracia de Harry Lookofsky (padre de Brown), Steve Jerome y John Abbott— eran moneda común, pero este repertorio se me antoja más diverso (en él se desplazan con elegancia y suficiencia del garaje al roots pop, pasando por la psicodelia, el sunshine pop y por números cercanos al vodevil o a la teatralidad de los Walker Brothers mezclados con Burt Bacharach), más transgresor, más comprometido con una idea y, sobre todo, más emocionante. Y es que eso, excitación nerviosa, es lo que desprenden canciones tan acongojantes como «Pretty Ballerina», «She May Call You Up Tonight», «Barterers And Their Wives», «I've Got Something On My Mind», «Walk Away Renee» o «I Haven't Got The Nerve». Todas interpretadas con gran desenvoltura por el ¡madrileño de nacimiento! Steve Martin-Caro (también coautor de seis cortes), que supo aportar la ductilidad que las músicas de Left Banke demandaban. 
Un grupo de esos que casi desde el momento de su formación estaba destinado a desaparecer, de hecho ya estaban separados tras la grabación de su primer sencillo, viendo que ninguna discográfica se interesaba por él. Finalmente Smash lo publicó y fue la simiente para que efímeramente se volvieran a reunir y registraran uno de los mayores tesoros que se han manufacturado en la colmada historia de la música popular. Por lo tanto, su relativo coqueteo con el reconocimiento fue tan fugaz como indispensable su aportación y el legado que han dejado a generaciones de músicos posteriores.

Walk Away Renée/Pretty Ballerina una absoluta masterpiece. 

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