Si hace apenas un año, en cualquier bar (musical y de calidad) hubieramos preguntado a la concurrencia si conocían a un tal Kelley Stoltz, no sé si se alzarían tres o cuatro extremidades.
Ahora, 365 días después, no creo que sean muchos más los que sepan de las hazañas del bueno de Kelley, pero lo que está claro es que los que le conozcan y (sobre todo) tengan en su estantería el último trabajo del de Detroit, seguro que son mucho más felices.
Y eso que no se trata de un novato en esto de los pentagramas, ya que tiene en la calle un total de cuatro discos y un E.P. Pero su última obra es la más ambiciosa y la más trabajada de su carrera discográfica.
Un camino iniciado en 1999 y en el que han tenido cabida (entre otros proyectos) una relectura del “Crocodiles” de Echo & The Bunnymen titulada “Crock O Dials” (2005) y una primera tirada únicamente en vinilo de 200 ejemplares de su 2º disco, “Antique Glow” (2003).
Pero en esas primeras composiciones las melodías estaban arropadas con vestimentas que no hacían brillar el talento de Stoltz como debía (no se sentían guapas), hasta la publicación de éste “Below de Branches” (2006). Primer largo que graba para el reputadísimo sello Sub Pop, con el que ha conseguido que (seamos y) nos sintamos dichosos y reconfortados con la grandeza de la música popular y su poder de evocación y síntesis.
Un álbum hermosísimo (incluida la lujosa y preciosa edición en digipack para la publicación en cd) básicamente plagado de referencias pretéritas sí, pero plasmadas con una personalidad y un “savoir affair” que, en manos de este multiinstrumentista afincado en San Francisco, hace que recordemos a sus referentes, pero no les echemos (en absoluto) de menos, debido a la gran habilidad de su creador para hacerlas suyas.
Esos vínculos pasados son: Los Beach Boys más soleados en “Ever thought of coming back” (esta sí, juraíto por el niño Jesús, la canción del año sin duda), Ray Davies en “Memory Collector” , “The rabbit hugged the hound” y sobre todo en “Drank calls”, y el Glam Rock de los setena beta David Bowie/ T Rex en “The sun comes through” y “No world like the world”. Aparte de los citados, hay que añadir que también pululan los (benditos) fantasmas de Nick Drake, Bob Dylan o Randy Newman.......vamos, una minucia.
Pero no solo de clásicos vive Kelley Stoltz, en el disco también hay canciones que no desentonarían en el repertorio de contemporáneos suyos como: M Ward “Mystery”, Richard Davies “Wave Goodbye”, Chuck Prophet (que está en la nómina de agradecimientos) “Birdies singing” o The Flaming Lips.
Pero no nos llevemos a engaño, lo que hace Kelley Stoltz no es copiar a los clásicos ni solaparse con sus coetáneos, sino que asimila todas esas enseñanzas para realizar un discurso único y perfectamente creíble más allá del espejo en el que se pueda mirar.
Más mérito tiene (si cabe) comprobar que la práctica totalidad de los instrumentos ensamblados en la mezcla los ha blandido el propio Stoltz, excepto algunas guitarras eléctricas, clarinete y tambura, lo dicho un talentazo, del que a partir de ahora podemos esperar lo mejor.
Puede que no aparezca en las listas que confeccione a final de año la prensa especializada con los nombres propios de 2006……¡Que sabrán ellos!
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