
Muchos le tacharán de ser un creador de canciones a la imagen y semejanza del inabarcable Neil Young, pero. ¿Que hubiera ocurrido si hubiera nacido en 1945? A lo mejor era a la inversa…
Centrándonos en “Fading Trails” (Secretly Canadian-2006), co-producido por el pluriempleado Steve Albini y grabado, entre otros, en los míticos Sun Studios de Memphis (ciudad a la que dedica el corte 6 “Memphis moon”), hemos de hablar de una colección de pedazos del alma rota de un músico que ha tenido por bandera la capitulación y el fracaso, la tristeza y el horror.
Cuenta con colaboradores de lujo como su paisano Andrew Bird (que ya ha trabajado con bandas como Clem Snide) y David Lowery líder de Cracker y Camper Van Beethoveen.
Menos generoso en minutaje (solo una canción sobrepasa los cuatro minutos) que anteriores trabajos, Molina nos entrega un disco precioso e hiriente a la par, con la figura del piano que emerge con fuerza en algunas composiciones “Montgomory”, “The old horizon” o la citada “Memphis moon”, y quizás el más luminoso en años.
Nunca la desesperación, la melancolía y la belleza se fundieron de una manera tan harmoniosa.
Nota. Esta crítica ha sido escrita escuchando el disco en cuestión y con los ojos vidriosos.
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