Domingo 27 de Agosto de 2006, son las ocho y cuarto de la tarde y en mi reproductor suena por tercera vez consecutiva "Suburban Songbook" (Capitol/EMI-2006), el segundo album del australiano Kevin Mitchell aka Bob Evans, y me tiene sencillamente subyugado.
Bob (o Kevin) se ha desmarcado en este disco de sus incios indiepoperos al frente de la banda que lideraba en sus años mozos (Jebediah) y entrega una colección de canciones que hacen que los melómanos de pro estemos de enhorabuena por haber descubierto a este talento emergene dentro de la escena australiana que, junto a Sleepy Jackson y Ben Lee, ha sabido darle una vuelta de tuerca al pop (clásico) aussie.
En la primera escucha te vienen a la mente una serie de bandas con las que comparar el sonido de este orfebre de la canción: The Jayhawks, Josh Rouse, Simon & Garfunkel, Ryan Adams, Velvet Crush, Matthew Sweet, The Byrds, John P. Strohm, Paul McCartney...... Leyendo estos nombres os podeis hacer una idea del glosario musical que maneja el rubio guitarrista. Once canciones más una de regalo escondida en la pista 12 con aromas a country pop, rock apacible, folk, costa oeste y pop pluscuamperfecto con un gusto exquisito por la melodía y los arreglos.
Porque son eso, los arreglos, los que marcan la pauta en este magnífico album: de harmónica en "Don't you think it's time", de pedal steel en "Friends", "Sadness & Wiskey" y "Rocks in my head", de violín en "Nowhere without you", de piano en "Flame", de vientos en "Don't walk alone" y "Comin' around".
Todo suena perfecto y en su sitio: voces, palmas, harmónicas, chelos, moogs, saxos, panderetas, cuerdas, mandolinas.....más de 20 instrumentos utilizados en la fabricación de este artefacto que hará las delicias de los paladares pop más exquisitos.
El disco ha sido grabado en Nashville y de las tareas de producción se ha encargado el cada vez más atareado Brad Jones (Yo la tengo, Josh Rouse, The Shazam, The Hiders.....) que ha dotado al disco de un sonido limpísimo y que ha logrado que todos los instrumentos utilizados en el mismo suenen en tiempo y volumen a la perfección, tarea complicada dado que la cantidad de cacharrería utilizada en la grabación fue abundante.
Un disco de fácil digestión ideal para mañanas brumosas y atardeceres templados, que hará que tu melancolía se eleve sobre las demás sensaciones que pueblan tu cerebro.
Ya son las 21:00 y los altavoces de mi hi-fi siguen deleitándome con ambrosías en forma de canción, ahora de la mano de Mojave 3 y su "Out of tune" (4AD-1998), que consiguen que la resaca y el calor de un domingo de verano se vean mermadas considerablemente..... pero eso ya es otra historia.
Que razón tiene Andrés Montes cuando dice que la vida puede ser maravillosa, desde luego Bob Evans trabaja para que así sea.
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