El caso es que desde el mencionado "Love And Curses", Reigning Sound ha activado el piloto automático del eclecticismo teñido de elegancia para entregarnos dos de los mejores discos que se han editado en lo que llevamos de siglo XXI. En este "Shattered", primero que graban para el sello Merge, los de Memphis se han ido hasta los Daptone Studios de Brooklyn (en cuyas oficinas, de hecho, trabaja el baterista de la formación, Mikey Most) para grabar unas canciones que en todo momento huelen a clásico y moteadas por un cierto aroma soul, algunas cargadas de arreglos de cuerda y en el que el órgano ya no araña, sino que acaricia y te arrulla sin la visceralidad de momentos pretéritos. Es más, hay momentos que incluso llega a sonar melancólico y taciturno, puede que los amigos perdidos en estos últimos cinco años tengan algo que ver en esa aparente tristeza de algunos cortes.

Desde luego siguen apareciendo números garajeros en el lote, pero algo más atenuados y menos impulsivos que en entregas anteriores de la banda y que conviven a la perfección con pasajes de pop arreglado, pseudo soul, folk rock y aroma sesentas que lo hacen ser un elemento básico en nuestra dieta a base de grandes canciones y sonidos retro. No falta la versión de turno en este "Shattered", en este caso recrean "Baby’s Too Late" original del combo garajero de Memphis Shadden And The King Lears.
Y es que navegando por entre sus canciones, uno escucha tañidos que pueden recordar a lo grabado tiempo atrás por Bob Dylan, Otis Redding, Van Morrison, las bandas de garaje-pop de los sesenta, Alex Chilton, el sonido Muscle Shoals, Tim Hardin o las formaciones de blue-eyed soul de ambos lados del Atlántico como los Young Rascals o Mark Stuart Span. En definitiva un espectacular y poliédrico tratado actualizado de los sonidos que la música popular gestó en en su década de esplendor.
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