Poco tiempo después adquirí el disco que contenía esa maravilla de rock entre ácido y celestial y mi vida experimentó el mismo pequeño vuelco al que se vio sometida tras ser expuesta dos años antes al "Summerteeth" de Wilco, pero eso es otra historia que contaremos en otro momento.
Han tenido que pasar casi seis años para que uno de los mayores tesoros que nos ha dado la música popular en el siglo XXI, ese "At Dawn", tuviera descendencia. Bien pues ya la tiene y nació el año pasado en Canada y este 2007 en el resto del mundo.
Y curiosamente el padre no es el mismo, sino que se trata de la banda canadiendse Ox. Que con este "American Lo-Fi" han demostrado que utilizando los mismos mimbres (las partituras de Neil Young) pero con menos majestuosidad se puede hacer un disco igual de intenso (algo más crudo), bello y epidérmico que el que la banda de Jim James facturó en 2001.
FRENTE A FRENTE:
El primero es un disco más atmosférico, épico, grandilocuente, elegante y poderoso que su vástago, en definitiva es mejor. Pero "American Lo-Fi" posee atributos que están casi a la altura de ese monumental artefacto. Porque con un timbre de voz casi calcado al del barbudo líder de MMJ. Las canciones de Mark Browning son un meñique más ásperas, directas y sucias que las de los de Louisville, pero tienen el mismo calado emocional, que en ambas es elevadísimo.
En definitiva la gran diferencia entre uno y otro estriba en la (sobre)producción del primero lleno de ecos y reverbs y la austeridad de "American Lo-Fi".
Y es que si hay grupos que lo son grandes por facturar hermosas melodías en forma de canción, pero que en el trabajo largo pierden empuje, estos dos discos andan sobrados de calidad y pegada en los dos formatos.
Siendo dos trabajos en los que el mástil y las seis cuerdas tienen importancia capital, quizás el de Ox sea un trabajo con más variedad de registros compositivos y a nivel de producción que su referente y el que enfatiza más el uso de las mismas.
Curiosamente Ox publicó su album de debut el mismo año en que se puso en circulación "At Dawn" (2001), pero los derroteros que han llevado ambos grupos no tienen mucho que ver. Mientras MMJ se han convertido en una de las grandes esperanzas del ROCK AMERICANO, los de Vancouver siguen militando en el pseudo-anonimato y salvo sorpresa parece que esa será su ubicación definitiva, una verdadera pena.
REFERENCIAS:
Como hemos comentado más arriba, en los rezos de cada noche las dos formaciones tienen a la deidad de Toronto como faro, pero mientras MMJ la mezcla con la psicodelia de finales de los 60, el blues, el folk y el rock de los primeros 70, The Band y por que no decirlo con algo de indie de la escuela Flaming Lips, Galaxie 500 o Mercury Rev; Ox también, pero habría que incorporarles a la hornada de nuevos renovadores del folk-rock de cactus y ala ancha, orbitando junto a Wilco, Dolorean, Magnolia Electric Co., o a los suecos Amandine.
A día de hoy dos artefacto indispensables dentro de la "Americana" o el "Alt-Country" actual y que a buen seguro envejecerán como se merece.
HIGHLIGHTS:
Los dos discos completos tienen canciones que harían palidacer el legado de muchos, pero nos quedamos con las siguientes:
At Dawn:
"Lowdown": Con ésta me enamoré de ellos en aquella fiesta y sigo emborrachándome con ella de tanto en tanto, sublime la ambientación y las acústicas, la voz de Jim James en un altar para que todos la reverenciemos. The Flaming Lips matarían por haberla compuesto.
"The way that he sings": Como una amable corriente, sus acordes te mecen hasta que caes en estado de letargo, un sueño maravilloso en que puedes ver a Buffalo Springfield devorando nubes de algodón (agri)dulce.
"Bermuda Highway": Lo que puede decirte un timbre de voz arropado por una guitarra acústica es mucho, el lamento hecho arte.
"Honest man": Se calan el sombrero de ala ancha y en clave country-BLUES muestran su lado más ¿tradicional? Casi ocho minutos de magia eléctrica, raíz (con su punta).
"X-Mas Curtain": Una de mis canciones favoritas de este siglo, anda que no he llorado veces escuchándola, solo o acompañado. Pianos que acarician, percusiones inflamadas, guitarras esplendorosas y la voz, siempre la voz de Jim observándolo todo y contándolo todo, dice: "You're the criminal that never breaks the law" y un escalofrío sacude los restos de lo que queda de mi.
"Just Because I do": Cabalgamos a lomos de Neil Young y sus Crazy Horse y la sensación es 100% estimulante.......100% MMJ.
"Strangulation!": Pianos tenebrosos y guitarras eléctricas fantasmales dan el prólogo a una melodía en la que piano y voz te llevan a los días de "After the Gold Rush".
American Lo-Fi:
"Miss Idaho": Seca y llena de sentimiento, podría haberse grabado en las sesiones de "At Dawn" y no notaríamos la diferencia, eso es mucho.
"Surrender": Preciosa e intensa relectura del clásico de Cheap Trick, mucho más suave que el original, es tan buena que parece compuesta por Mark Browning.
"Sugar Cane": Folk-Rock desértico con un ojo mirando a Bob Dylan y el otro la alargada sombra de Neil Young, los coros femeninos el contrapunto dañino perfecto.
"747": Los acordes de harmónica que la abren ya te indican que estamos ante algo grande y vaya si lo estamos, probablemente la mejor del lote, la letra incontestable.
"Country Music Promoter": Los Flying Burrito Brothers también asoman la cabeza en esta fina sátira sobre la country music.
"1913": Otra vez Dylan, ahora el de "The freewheelin'" con algo del Townes Van Zandt de "Our Mother The Mountain", los pelos de punta y el corazón sangrando.
"El camino Pt2": La parte uno ya te deja medio tonto, pero es esta segunda relectura del mismo tema, con esas guitarras sacadas del mismo fuego es la que te hace ver el potencial rock de estos artesanos del escalofrío que son Ox.
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