Es difícil separar el grano de la paja en la saturada y, en ocasiones, sobrevalorada escena de rock americano de raíces. Me niego a colocar la etiqueta americana aquí. Y el caso es que se podría, en el sentido más amplio del término. Antes de que todos nos pusiéramos tan roots, cuando escuchábamos o leíamos una crítica donde las palabras country-folk aparecían en la misma frase, torcíamos en morro. Con el tiempo nos sacudimos los prejuicios y valoramos en su justa medida música como la contenida en “Cruising For Paradise”.
Éste es el tercer disco de Kevin Meisel. No he podido tener acceso al primero, pero sí a los dos últimos y ambos demuestran que aquí hay alguien valioso. En la tradición de los contadores de historias norteamericanos pero con ese plus que evita los lugares comunes y deja de lado lo tópico en favor de lo cotidiano, cercano y real. Vamos, que para un mayor disfrute se recomienda tener las letras en la mano.
Parece ser que la idea de Meisel y Alex Anest (guitarrista y ex Delta 88 y líder junto a su mujer de Alex & Naomi Anest), animados por la escucha casi obsesiva de los Beatles durante la última gira, fue la de incorporar matices más pop y melodiosos algo alejados del folk-country que caracterizaba al disco anterior, más deudor de la alargada sombra de Dylan, John Prine, Springsteen o Neil Young. Y el resultado es una excelente colección de canciones que van de lo más brillante e inmediato “Jealous Kind” y “Last Goodbye”, a lo más introspectivo y narrativo “Rustbelt Girl” o “Cruising For Paradise”, pasando por aromas levemente psicodélicos “Lighter Shade of Gray”, o lo sencillamente emocionante “Misguided Love”. Con el respaldo de una banda siempre en su sitio, aportando adornos que unas veces embellecen a las canciones y otras las empujan con delicadeza.
Iniciad la búsqueda, merece la pena.
PD: ¿Qué hace un nativo de Michigan grabando en un sello suizo?
Parece ser que la idea de Meisel y Alex Anest (guitarrista y ex Delta 88 y líder junto a su mujer de Alex & Naomi Anest), animados por la escucha casi obsesiva de los Beatles durante la última gira, fue la de incorporar matices más pop y melodiosos algo alejados del folk-country que caracterizaba al disco anterior, más deudor de la alargada sombra de Dylan, John Prine, Springsteen o Neil Young. Y el resultado es una excelente colección de canciones que van de lo más brillante e inmediato “Jealous Kind” y “Last Goodbye”, a lo más introspectivo y narrativo “Rustbelt Girl” o “Cruising For Paradise”, pasando por aromas levemente psicodélicos “Lighter Shade of Gray”, o lo sencillamente emocionante “Misguided Love”. Con el respaldo de una banda siempre en su sitio, aportando adornos que unas veces embellecen a las canciones y otras las empujan con delicadeza.
Iniciad la búsqueda, merece la pena.
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