Barna Howard parece (en lo musical) como sacado de otro tiempo y otro lugar, pero por suerte está más cerca de nosotros de lo que parece. Él es natural de la pequeña localidad de Eureka
(Missouri), una de esas típicas ciudades del medio-oeste estadounidense en las
que no hay demasiado que hacer y que tan buen resultado dan en el cine, la TV
y la música country y el folk. Howard emigró de allí hacia el
norte tras el instituto para estudiar animación y hacia el este por motivos
puramente amorosos. Todo eso quedó atrás y ahora curiosamente reside en el
oeste, concretamente en la estimulante ciudad de Portland.
Todas esas vivencias que han ido marcando a este virtuoso
trovador desde su infancia hasta nuestros días las va plasmando en unas canciones con
raigambre clásica y acabado agridulce.
El 18 de mayo el sello que le publicó su estreno de hace
tres años, Big Mama Recording Co., le pone en danza su nuevo material bajo el
título de "Quite A Feelin’” en
el que el songwriter afincado desde hace unos años en Portland arropa con algo
más de instrumentación unas canciones atornilladas en la tradición folk y
country de su país. Así en el disco escuchamos percusiones, lap steels, banjos,
mandolinas y guitarras eléctricas que no aparecían en su descomunal estreno de
hace 3 años y que embellecen más si cabe las hermosísimas melodías escritas por Howard.
Unas composiciones que hablan de la relación que tiene con su hogar
actual y de sus vivencias en Eureka y en otras ciudades, que han
evolucionado en la dirección correcta, ganando en matices y belleza y que le colocan
–a nuestro juicio- como uno de los grandes cantautores en la actualidad.
El disco está producido por el atareado Adam Selzer (Blind Pilot, Baseball Project, M. Ward, Laura Gibson, Parson Red Heads, The Decemberists...) , grabado
en el Type Foundry Studio de Portland y captura, ya desde su maravillosa portada,
la esencia de los singer songwriters de los 60 y primeros 70 manteniendo como
referencia sonora e influencia clara a próceres como Townes Van Zandt, John Prine,
Bob Dylan, Gordon Lightfoot, Mickey Newbury o Fred Neil.
Una auténtica maravilla, facturada en pleno siglo XXI pero
como extraída de algún viejo baúl que guarda tesoros escondidos y grabados
entre, por ejemplo, 1969 y 1972.
Pipe Prieto!
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