Especial momentos melódicos mágicos de 1965 (1ª parte)

En esta nueva edición especial nos damos un gran gustazo (y por partida doble) ya que esta sesión extraordinaria y la siguiente van a estar ocupadas por canciones, ya sean emblema o predilectas, de un año mucho más que importante dentro de la música pop y del que en 2025 se cumplen 60 primaveras. En estas dos sesiones de Hotel Arizona vamos a saborear algunos de los momentos sonoros mágicos que nos dejó el año 1965 y que consideramos que de un modo u otro ilustran la realidad melódica de esa época. Un año muy nutritivo y mucho más que productivo en el devenir de la música grabada y en el que la rivalidad amistosa entre músicos convirtió a 1965 en el para algunos el periodo más innovador de la historia del pop. En ese año, los músicos comenzaron a elaborar composiciones que ya no sólo tenían a la guitarra como eje, sino que también cogían recursos de otros géneros hasta entonces ignorados. Básicamente, el rock se estableció bajo los rasgos que lo identifican a día de hoy: una expresión en constante escalada creativa y donde los que trascienden son aquellos que proponen algo distinto a cada nuevo paso. Fue el año en que el rock and roll se convirtió en la principal forma de arte de su tiempo y aceleró el impulso hacia la libertad personal en todo el mundo occidental. En ese tiempo el Swinging London estaba en pleno apogeo y el ciclo de retroalimentación entre los artistas y su época encendió una explosión de creatividad sin precedentes. 

En 1965, por ejemplo, The Beatles grabaron Rubber Soul y actuaron en el Shea Stadium, Bob Dylan lanzó el single «Like a Rolling Stone» y electrificó su sonido en el Newport Folk Festival, surgió el sonido garage, apareció el folk rock, la diseñadora de moda Mary Quant subió los dobladillos de sus faldas por encima de la rodilla y la creatividad subió muchos enteros, desbordándose definitivamente en 1966. Pero eso es otra historia. En estas dos ediciones extraordinarias nos centramos en discos y canciones publicados en 1965, doce meses que marcaron el punto de partida la primera oleada diversificadora del pop. Eran días que parecían hervidero de imaginación e ingenio, con cambios sucedidos en efecto dominó, a una intensidad feroz, y que buscaron sacar al rock de un patrón estilístico algo anquilosado para empujarlo hacia horizontes creativos inéditos, que no sólo lo graduaron como una forma de arte, sino que también pusieron las bases para la música que escuchamos hoy en día. En definitiva, se puede argumentar que en 1965 la música saltó del blanco y negro al color y que podéis comprobar en esta primera parte. 

¡Todo un festival de canciones buenas!

AQUÍ tenéis un breve extracto del contenido de esta edición.

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