El oasis al final del desierto del dial...

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miércoles, 10 de marzo de 2021

Veinte años de «At Dawn» de My Morning Jacket.

El próximo 5 de abril se cumplen veinte años de la publicación de uno de nuestros discos de cabecera de lo que llevamos de siglo. Y por eso queremos rendirle un respetuoso homenaje. 

Corría el año 2002 y el que esto escribe recibe una sacudida en lo más alto escuchando en la fiesta de una amiga la canción «Lowdown» (sus primeros compases me eclipsaron por su magnetismo y su fragilidad). Pregunto quienes son y me contestan: «¿No los conoces? Se llaman My Morning Jacket, son estadounidenses y son una mezcla entre Luna, los Flaming Lips más accesibles y Neil Young, te van a encantar». Con esas referencias, lógico. Poco tiempo después adquirí el disco que contenía esa maravilla de rock entre ácido y celestial y —al escucharlo del tirón— mi vida experimentó el mismo pequeño vuelco al que se vio sometida tras ser expuesta dos años antes al Summerteeth de Wilco, pero eso es otra historia que contaré en otro momento. 

At Dawn es el segundo trabajo de esta banda de Louisville (Kentucky), liderada por Jim James, que ya desde su preciosa y evocadora portada emite pistas de por dónde van a ir los tiros formales. Un atmosférico, épico (en el mejor sentido), grandilocuente y elegante tratado de acid rock  en consonancia con la clarividencia de Neil Young/Crazy Horse, colmado de himnos para tararear alrededor de la hoguera y cubierto de ecos y reverbs que potencian esa sensación onírica que se respira en todo el disco. Un álbum que rinde pleitesía a la deidad de Toronto, sí, pero adaptándola tangencialmente a nuestros días y salpimentándola con la psicodelia de finales de los sesenta, el blues, el folk, el rock de los primeros setenta, The Band y —por qué no decirlo— con algo del indie más o menos ortodoxo. Pero en el pulso empujan con más fuerza las canciones con regusto a clásico como «Just Because I Do», la delicada y acústica «Bermuda Highway», «The Way That He Sings», «Honest Man» o esa auténtica barbaridad titulada «X-Mas Curtain». Posteriormente han ido entregando más material —los álbumes inmediatamente posteriores a este son también portentosos—, pero no ha llegado a las cotas de catarsis emocional que sí presenta At Dawn, una auténtica masterpiece del rock americano del nuevo milenio. 

Todas son escandalosas, pero aquí nuestros highlights: 

«Lowdown»: Con ésta me enamoré de ellos en aquella fiesta y sigo emborrachándome con ella de tanto en tanto. Sublime la ambientación y las acústicas, la voz de Jim James en un altar para que todos la reverenciemos. The Flaming Lips matarían por haberla compuesto.

«The Way That He Sings»: Como una amable corriente, sus acordes te mecen hasta que caes en estado de letargo, un sueño maravilloso en que puedes ver a Buffalo Springfield devorando nubes de algodón (agri)dulce.

«Death Is My Sleazy Pay»: La armónica inicial anuncia emoción à la Crosby, Stills, Nash & (sobre todo) Young, y lo consigue. Si por «Lowdown» The Flaming Lips darían una falange, por esta Mercury Rev caminaban a Lourdes de rodillas. 

«Bermuda Highway»: Lo que puede decirte un timbre de voz arropado por una guitarra acústica es mucho, el lamento hecho arte.

«Honest Man»: Se calan el sombrero de ala ancha y en clave country-blues muestran su lado más ¿tradicional? Casi ocho minutos de magia eléctrica. Raíz (con su punta).

«X-Mas Curtain»: Una de mis canciones favoritas de este siglo (y de siempre), anda que no he llorado veces escuchándola, solo o acompañado. Pianos que acarician, percusiones inflamadas, guitarras esplendorosas y la voz, siempre la voz de Jim observándolo todo y contándolo todo, un pasaje de su letra dice: «You're the criminal that never breaks the law» y un escalofrío sacude los restos de lo que queda de mí.

«Just Because I do»: Cabalgamos (de nuevo) a lomos de Neil Young y sus Crazy Horse y la sensación es 100% estimulante...100% My Morning Jacket.

«Strangulation!»: Pianos tenebrosos y guitarras eléctricas fantasmales dan el prólogo a una melodía en la que piano y voz te llevan a los días de After the Gold Rush.




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