jueves, 26 de enero de 2012

Discos: "All The Colors" GREATER CALIFORNIA (Subtitled Records-2009)

Creo que en el decálogo de todo buen melómano debería existir el ítem: "Ese disco yo no lo escuché bien en su día", casi al lado del que reza: "Es un LP que gana con las vueltas". Porque cuantas veces no os ha pasado eso de atender  a un álbum recién adquirido y tras un par de escuchas decir: "Bueno, no esta mal pero tampoco mata, lo dejaremos en barbecho una temporada". Luego lo retomas transcurrido un lapso de tiempo respetable, hablamos siempre de más de un año, y cuando te vuelves a colocar los auriculares y pulsas el play o bajas la aguja del plato comienza un cosquilleo que no sabes muy bien a que se debe. Van avanzando las canciones y te vienen los remordimientos positivos hasta que llegado el ecuador del disco sueltas la primera frase entrecomillada al principio del post.
Bien pues eso exactamente es lo que me ha ocurrido este misma mañana retomando la escucha “activa” de este magnífico “All The Colors” ejecutado con mimo, elegancia y gran clase por el quinteto de Long Beach llamado Greater California.   
Es posible que el cierto desdén de la primera criba sonora que le tributé viniera provocado porque sus discos anteriores tuvieran una cierta falta de punch y de melodías de empaque...ya sabéis, los prejuicios que siempre son malos consejeros. 

El caso es que este tercer (y último trabajo hasta la fecha) de los californianos es en el que definitivamente destapan el tarro de sus embriagadoras y psicopoperas esencias. Esas con las que se perfumaban los Beach Boys de finales de los sesenta, los Beatles del mismo periodo, los Kinks del “Something Else” o incluso los Byrds de la “quinta dimensión” (esas guitarras de 12 cuerdas marca de la casa McGuinn son crema para nuestros delicados pabellones auditivos).  Lo que les emparenta también con las bandas de sonidos más sixties del sello Rainbow Quartz o con otros grandes-desconocidos-con-pedigree como son los también californianos Starling Electric (bufff que buenos también, aunque estos me convencieron a la primera), Cotton Mather o la banda de los “Wilcos” John Stirratt y Pat Sansone llamada The Autumn Defense.

Un disco grabado en un par de estudios de su California natal entre septiembre de 2006 y agosto de 2007 y en el que los desarrollos instrumentales recuerdan , por momentos, mucho a los del citado “Fifth Dimension” de los Byrds empleando en la composición de los mismos toda la cacharrería propia del universo psych, a saber: órganos Wurlitzer, xilófonos, sitares, marimbas, vientos de variada graduación, pianos vintage y las cacareadas Rickembaker que irradian una luz cegadora sobre unas composiciones con un poso de atemporalidad apreciable aunque fabricadas sobre un armazón sonoro contemporáneo.

Rectificar es de sabios ¿no? Y que delicia poder (re)disfrutar de joyas injustamente tratadas por nuestro atareado sistema sensorial. 



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